Hoy, improvisadamente,
ha llegado a mis manos una encuesta que
me solicitó hace un montón de años una simpática señorita que estaba en el
último curso de su carrera Ciencias de la Información, y mirándome fijamente en
los ojos me rogó que fuese absolutamente veraz en las respuestas que me iba a
formular aunque me resultasen dolorosas,
insistiendo en la necesidad de que me sincerara, porque no iba a hacer
público el origen de la encuesta, que disfrazaría conveniente el origen, aunque
ella aseveraría la sinceridad que había
mostrado en todo momento.
El texto de aquella
encuesta me ha llegado por correo,
obtenido escaneando una copia, cuyo origen me era desconocido. He
intentado convertir el texto en un formato “Word” pero el resultado ha sido
bastante desconcertado, porque lo obtenido no permitía introducir ningún
cambio, esto es no admitía modificaciones, pero con muchas dificultades he
conseguido introducir la letra “ñ”, que el convertidor no aceptaba.
Al ver aquel esbozo de
autobiografía, me he preguntado qué hubiera pasado si la encuestadora de
entonces, convertida ya en una experta periodista, fuese una lectora de la
Revista “Diabetes” habiendo leído la
amable entrevista que me hicieron recientemente, me encontrase de sopetón, y
decidiese actualizar las preguntas de entonces reconsiderando las que me hizo
antaño, tales como:
¿Si le hiciese las mismas preguntas de entonces, aportaría
nuevas vivencias o modificaría las que entonces recordase con nueva
perspectiva, dado el tiempo transcurrido?, u otra, por ejemplo, ¿Podríamos
ampliar aquella entrevista de acuerdo con su experiencia de lo vivido hasta los momentos presentes?
Esta situación me ha
supuesto un reto e intelectualmente lo he aceptado, obligándome a volver la vista hacia aquellos trágicos
años, pero también a completar otras situaciones que me llegan hasta los días
que tantas incertidumbres conforman nuestra existencia.
Para acometer esta
tarea, estimo imprescindible insertar, en primer lugar, íntegramente, aquella
primera entrevista, tal como en su día redactó la encuestadora, luego aportaré
las añadiduras que, considero serían sugeridas por aquella simpática y atrevida señorita, hoy,
probablemente una estupenda y formada profesional
Acabo de encontrar este blog, curioseando la red para ver si encontraba algo acerca de los libros del abuelito, y he leido por primera vez este texto tan bonito. Debo decir que me ha emocionado bastante, sobre todo lo referente a esa "simpática señorita" que seguro a día de hoy es una estupenda y formada profesional~
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